Colombia pronto tendrá su primera vicepresidenta negra.
Hace unos meses, Marelen Castillo era una alta funcionaria de una universidad católica. Ahora es una de las dos candidatas afrocolombianas en línea para ser la segunda al mando del país.
En un hotel en Cali, una importante ciudad cerca de la costa Pacífico de Colombia, cientos de personas abarrotaron un salón de eventos para ver a la mujer al centro del escenario.
Con la mano en el corazón y un pequeño crucifijo de oro alrededor del cuello, Marelen Castillo, candidata vicepresidencial que hasta hace poco era prácticamente desconocida, volvió a explicar que se postulaba al cargo para ayudar a “tantas mujeres en Colombia que no tienen oportunidades”.
Hace unos meses, Castillo, quien tiene 53 años y un doctorado, era alta funcionaria de una universidad católica privada en Bogotá, la capital. Ahora es compañera de fórmula del empresario y político que se declara contra el poder establecido que, inesperadamente, quedó en segundo lugar en la primera vuelta de las elecciones más significativas del país en décadas.